No lo entiendo.
¿Está bien eso de hacer mil promesas al día y no cumplir ninguna?
No sé, para mí al menos mi palabra tiene algo de valor. Siempre que puedo intento cumplir lo que prometo, tanto si me lo prometo a mí misma como si se lo prometo a otra persona.

Me da una rabia que no me aguanto cuando alguien me hace una puta promesa con toda la intención del mundo y luego no la cumple.
Me siento engañada, como si no valiera una mierda. Vamos a ver, si desde un puto principio no piensas cumplir tu puta promesa UNA PUTA MIERDA, ¿POR QUÉ COÑO LO PROMETES?
He llegado a la conclusión de que para aceptar promesas de alguien o no, primero tengo que conocer a esa persona. Fiarme de ella tres veces, a la cuarta, ni hacerle promesas, ni molestarme en cumplirlas o esperar que las cumpla.
Estas cosas me cabrean sobremanera.
Lo que más me cabrea es cuando pasa VARIAS VECES Y SIGO CREYENDO.
Confiando.
Porque soy imbécil y no me entero cuando alguien me falla.
Supongo que algún día cogeré mis cosas sin avisar, me iré.
Y no volveré más.
O al menos eso es lo que mi yo valiente y decidido haría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario