Sé que mucha gente se siente así. Normalmente de vez en cuando me dan estos escalofríos y puedo sobrellevarlos de alguna manera o de otra y no suelen durar tanto. Dos semanas de agonía. Cada día peor que el anterior. Pero esta vez me están impidiendo fijarme en lo que me rodea.
Ayudar a mi gente. Preocuparme por ellos. Concentrar toda mi atención en la manera de solucionar los problemas que me acosan día a día.
Necesito parar. Respirar. Sentir la lluvia en la cara. Mirar a lo lejos y ver el perfil de las montañas recortadas por las nubes de lluvia. Parar el reloj y descansar la mente. Ver como desaparece ese dolor perpetuo de las sienes. Liberarme.
Demasiadas emociones y sensaciones nuevas que ni a mi cerebro ni a mi cuerpo les da tiempo de asimilar.
Estrés. Siento que los días se pasan. Rápidos. Como si se hubieran reducido las horas. Como si el secundero hubiera desaparecido y ahora el minutero hiciera su función, convirtiendo los segundos en minutos.
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